Luego de un largo y memorable camino, la trilogía de «El Hobbit» llega a su violento clímax.
Es el momento preciso para el director Peter Jackson, quien ha estado ansioso por desatar el caos en la Tierra Media.
«Es la primera vez que matamos enanos», dijo el realizador, su entusiasmo por la muerte y la destrucción en desacuerdo con su comportamiento relajado y su lujoso entorno en una suite de un hotel en Londres.
«Es difícil tener poder emocionar con un filme a menos que seas capaz de matar a algunos de los personajes principales», explicó. «Se nos hizo difícil en las dos primeras películas del ‘Hobbit’, pero al menos tenemos un buen número de enanos muertos en la tercera».
«El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos» completa la trilogía basada en el libro de J.R.R. Tolkien sobre el hogareño hobbit Bilbo Baggins, sonsacado de su madriguera para ayudar a una banda de enanos a recuperar su montaña de un destructivo dragón.
La tercera cinta muestra al dragón despachado antes de un choque catastrófico entre enanos, elfos, humanos, águilas y orcos crueles.
En un espectáculo de efectos generados por computadora, con todo el exceso visual que el 3D y la filmación a 48 fotogramas por segundo pueden proporcionar. Pero Jackson dice que este fue el más satisfactorio de los tres filmes a nivel emocional. (También es el más corto: 144 minutos). Por un lado, aunque las primeras dos cintas siguieron una ruta, esta transcurre mayormente en un mismo lugar, la Montaña Solitaria de Erebor.
«Fue una placer no tener que hacer ninguna toma en helicóptero de gente caminando por paisajes de Nueva Zelanda», dijo Peter Jackson, aunque las autoridades turísticas del país podrían estar en desacuerdo.
«Lo que me gusta de esta, probablemente más que nada, aún más que matar enanos, es que se siente como un thriller», manifestó el director. «Disfruté el poder ser más agudo y elevar la tensión más y más y más hasta que estalla la batalla».
AP