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Marruecos proyectará versión censurada de ‘Éxodo: Dioses y Reyes’


Marruecos ha llegado a un acuerdo inédito con el director Ridley Scott y la productora Fox para proyectar una versión censurada de la película «Éxodo: Dioses y Reyes» tras dos semanas de polémica por la abrupta retirada del filme de las salas marroquíes.

La película fue prohibida el 24 de diciembre por contener una escena en la que aparece un niño que supuestamente representa a Dios, y este episodio dio la vuelta al mundo, poniendo en cuestión la imagen de apertura que el país magrebí promueve como «marca» que lo distingue de otros países musulmanes.

Finalmente, y tras dos semanas de negociaciones «muy profesionales y muy educadas» entre el Centro Cinematográfico Marroquí (CCM) con Scott y la Fox, estos han aceptado «a título absolutamente excepcional suprimir dos pasajes sonoros que hacían alusión a la personificación de Dios«, según un comunicado del CCM, que expide todos los permisos de exhibición en Marruecos.

La película se exhibirá entonces con siete segundos cortados en su banda sonora (no las imágenes), aquellos en los que Moisés pregunta a un niño vestido de blanco por su identidad y éste responde: «Soy…» sin completar la frase.

«Es algo ridículo -dijo a Efe la parlamentaria Jadiya Ruisi, del Partido Autenticidad y Modernidad, una formación inspirada por personas próximas al rey Mohamed VI-; esta censura no es sino otra forma de prohibición que nos hace retroceder cuando el país apenas avanza en la vía de consolidación de la democracia».

Como muchos otros analistas, Ruisi vio claramente la mano del ministro de Comunicación, el islamista Mustafa al Jalfi, tras el incidente, un hombre que según ella «se erige en guardián del templo» al decidir lo que los marroquíes pueden y no pueden ver en el cine.

En realidad, Jalfi no se ha escondido ni ha eludido su responsabilidad; es más, en su momento aplaudió la prohibición de la película en su cuenta de Twitter con el argumento de que «la fe de los marroquíes no puede negociarse«, aunque no olvidó añadir que «tampoco puede tolerarse lo que atenta contra la seguridad del país».

Con ello se refería a la preocupación por que la proyección de la película pudiera indignar a sectores religiosos más intransigentes, en un momento en que Marruecos, como el resto de países árabes, trata de «meter en cintura» a los salafistas radicalizados y atraídos por la yihad en Siria e Irak.

«Es clásico, (el ministro) utiliza el miedo para prohibir, aunque el pueblo es más civilizado y tolerante de lo que él cree«, argumentó Ruisi, que preside una asociación de defensa de las libertades civiles.

En la tradición musulmana, la personificación de Dios y de Mahoma está prohibida, aunque Marruecos, que no es Arabia Saudí, está relativamente acostumbrado a «productos culturales» occidentales donde se personifica a Dios sin que eso haya causado problemas en el pasado.

El bloguero Karim Boujari se preguntaba hace unos días si los estadounidenses aceptarían la censura propuesta por Marruecos, pues en ese caso «las películas saldrían en varias versiones, según los requerimientos y valores de cada país, y en los filmes de contenido religioso habría una versión musulmana, y tal vez otra católica, judía, budista o atea?«.

Bujari fue de los que más firmemente se opuso en su día a la idea del «arte limpio» defendida por el Partido Justicia y Desarrollo (PJD), la formación que encabeza el gobierno y a la que pertenece el ministro Jalfi, cuando acababan de llegar al gobierno, a principios de 2012.

Aunque el discurso moralizador del PJD se fue suavizando, el ámbito de las libertades públicas y la moral ha sido uno de los pocos donde el partido ha tenido cierto margen de maniobra, dado que en Marruecos los grandes temas políticos (la soberanía sobre el Sáhara, las alianzas exteriores, la forma del Estado) no se discuten.

Marruecos, con el rey a la cabeza, ha tratado en los últimos años de presentarse como un campeón de la moderación religiosa y de lo que llama «el islam del justo medio«, un modelo que exporta a varios países africanos amigos y contrapuesto al islam intransigente en boga en Oriente Medio.

Sin embargo, el incidente de «Éxodo» ha puesto en evidencia «el doble lenguaje marroquí sobre la apertura y la tolerancia«, como recordaba recientemente el influyente diario liberal «LEconomiste».

EFE