«Sinsajo I«, la tercera parte de la saga «Los juegos del hambre«, es el «principio del fin» de la que, según el actor Sam Claflin, Finnik en la cinta, es la parte más política de la serie: tras el desastre de los últimos juegos, el Capitolio se enfrenta a una fuerza organizada. Y la preside una mujer.
«Sinsajo I» enlaza con la última parte de «En llamas«, donde «los personajes han quedado destrozados, incluso perdidos, e intentan recomponerse en el Distrito 13: es el principio del fin«, explica el actor en una entrevista con Efe realizada en Madrid con motivo del estreno de la película en España el viernes 21 de noviembre.
Sam Claflin ve que esta es «la parte más política de la trilogía; hasta este momento -dice- solo teníamos (como referente) al presidente Snow, pero al llegar al 13 aparece una nueva fuerza, la presidenta Coin, que interpreta Julianne Moore; hay dos partes claramente enfrentadas en lo que supone un claro posicionamiento político«.
Para el británico («Piratas del Caribe. En mareas misteriosas», 2011, «Blancanieves y la leyenda del cazador», 2012), es «una decisión muy actual» que tanto la máxima autoridad del distrito como la líder que impulsa la lucha sean mujeres.
«En mi opinión -dice este joven de 28 años-, las mujeres tienen mucho que decir, y Suzanne (Collins, la autora de la saga literaria en la que están basadas las películas) lo sabe, por eso, salvo alguna excepción, todos los personajes femeninos son muy potentes«.
Y es interesante, además, dice, «porque realmente todos los personajes podrían ser hombres, pero con su elección -considera- parece que quiere decirnos algo«.
Siguiendo la estela de otras grandes superproducciones basadas en literatura juvenil, la última parte de «Los juegos del hambre» se ha dividido en dos cintas, la segunda de las cuales llegará a las pantallas en noviembre de 2015.
Esta cinta, dirigida por Francis Lawrence, realizador también de la anterior «En llamas», Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence) debe enfrentarse a la pérdida de Peeta (Josh Hutcherson), que ha quedado retenido en el Capitolio, y a un nuevo modo de vida bajo tierra, el sobreviviente Distrito 13, donde descubre toda una organización militar dispuesta a acabar con la crueldad del presidente de Panem.
Claflin valora como una experiencia «verdaderamente especial» haber coincidido con el actor Philip Seymour Hoffman, fallecido este año, pero que dejó terminado su trabajo como Plutarch Heavensbee (para tranquilidad de los seguidores).
«Ha sido una pérdida tan horrible (…), nunca te recuperas de algo así, pero me quedo con la suerte que hemos tenido de trabajar con él; ha sido un honor -enfatiza-, era uno de mis grandes referentes«, comenta sobre el ganador de un óscar por «Capote».
Además de recuperar a Seymour Hoffman, la película guarda otra sorpresa: la también oscarizada Jennifer Lawrence canta una canción cuya letra está escrita por Suzanne Collins, «El árbol del ahorcado», que ya aparece en los libros.
Repiten en el reparto Liam Hemsworth, Josh Hutcherson, Elizabeth Banks, Woody Harrelson, Stanley Tucci y Donald Sutherland, además de las incorporaciones de Moore y de Nathalie Dormer en el papel de Cressida.
Finnik Odair, el personaje que interpreta Claflin, tiene gran relevancia en este capítulo, tanto por su valor en la trama, como por simbolizar el amor verdadero, el que resiste, el que no se rinde.
«Yo también soy un romántico empedernido -apunta-, y también muy familiar, adoro a mi mujer y a mi familia, haría lo que fuera por ellos, pero he tenido mucha suerte en la vida y nunca he sufrido una gran pérdida«, dice sonriendo mientras hace el gesto de tocar madera.
El actor considera que estas películas «transmiten un montón de buenos mensajes» empezando por el propio carácter de los personajes con el que «personas de cualquier edad pueden identificarse«, pero sobre todo, añade, destacaría «que no son estancos, que nadie es solo una cosa y nunca toma sus decisiones en solitario».
«Y otra cosa que tienen estas películas es que, sí, son muy entretenidas -reflexiona Claflin-, pero eso de lo que hablábamos puede cambiar en diez años, los valores que tu consideras importantes con un punto de vista adolescente tienen otra dimensión más adelante».
EFE