La hija menor de Orson Welles le está a dando a los cinéfilos la oportunidad de comprar algunas de las posesiones personales del realizador, incluyendo una cámara, guiones y fotos del plató de «El ciudadano Kane».
Beatrice Welles descubrió las reliquias el año pasado en cajas y baúles y decidió ofrecerlas en subasta. Dijo que su padre hubiera preferido poner estas pertenencias a disposición de los fanáticos del cine que enviarlas a un museo.
«Eso es lo último que él hubiera querido. Él no creía en la escolaridad, él no creía en las cosas académicas», dijo Beatrice Welles en una entrevista telefónica desde su casa en Sedona, Arizona. «Los museos en cierto modo tienen esa connotación y pensé, ‘No, esto no es lo apropiado para él’».
En total, Beatrice Wells le está entregando más de 70 objetos a la subastadora Heritage Auctions, que realizará la venta el 26 de abril.
Margaret Barrett, directora de subastas relacionadas con la industria del entretenimiento, se negó a especular sobre los montos de las posibles ofertas, pero espera que todos los lotes despierten interés.
«La gente sigue hablando de él décadas después de su muerte», dijo Barrett. «Una de las señales perdurables de la fama es cuando la gente joven sabe quién es alguien… que murió hace décadas».
Barrett dijo que cree que la vieja cámara de cine Bell & Howell de Welles será uno de los objetos estelares del remate. Según su hija, la usó para películas caseras. De hecho, una de las fotos de otro lote en venta muestra a Welles usándola para filmar una corrida de toros en España.
Otras piezas son recuerdos de las experiencias de Wells más dolorosas en Hollywood. Dos guiones de «The Magnificent Ambersons» («Soberbia»), una película de 1942 que escribió y dirigió, revelan dos finales distintos que el realizador tenía en mente; ninguno de ellos terminó en el filme. La película, que se centra en el intento de una heredera malcriada de evitar que su madre se case con su primer amor, fue, como es bien sabido, reeditada por alguien más.
«Cambiaban sus películas y no le permitían terminarlas. Eso le dolía», dijo Beatrice Welles. «La única que pudo hacer completa, de principio a fin, fue ‘El ciudadano Kane’».
Considerada ampliamente como la obra maestra de Welles por lo innovadora que fue en cuanto a edición y cinematografía, «El ciudadano Kane», de 1941, sigue la vida solitaria del acaudalado magnate del mundo editorial Charles Foster Kane.
La subasta no incluye ningún objeto emblemático de la infancia de Wells como Rosebud, el nombre del trineo que el personaje principal de «Kane» lloraba y quemaba al final de la cinta. Según Beatrice Welles, el director Steven Spielberg compró una versión del trineo en 1982, también en una subasta, y su padre luego le echó broma sobre su autenticidad.
«Mi papá y Steven estaban almorzando y mi papá le dijo, ‘Odio decirte esto, pero sólo hubo un trineo en ‘El ciudadano Kane’. ¿Recuerdas el final?’», relató.
Casi 30 años después de la muerte de Wells, en 1985, Beatrice Welles dijo que finalmente tuvo la fuerza emocional para buscar entre las posesiones de su famoso padre. Su madre, la actriz italiana Paola Mori, murió menos de un año después que Welles. La pérdida doble fue devastadora.
«Cuando fallecieron … ni siquiera podía ver esas cosas», dijo.
Beatrice Welles tuvo una infancia inusual creciendo entre celebridades y viajes. La «máquina de edición Moviola (de mi padre) era parte de nuestro equipaje», recordó.
Ya para los 3 años, recibía una educación soñada por cualquier estudiante de cine. A menudo estaba en el regazo de su padre mientras trabajaba en la sala de edición y unos años después hasta participaba en las labores.
«Tomaba dos piezas de cualquier película celuloide que estuviera en la máquina … Él me decía dónde cortar y yo lo hacía por él», dijo Beatrice Welles.
Su padre no siempre se sentía cómodo de que lo llamaran un genio del cine, dijo.
«Él decía, ‘Probablemente sólo han existido tres genios, y uno de ellos es Einstein. Yo no me pongo en esa categoría’».
AP