Cuenta el reparto de «Cantinflas» que el día que Óscar Jaenada hizo su primer monólogo caracterizado como el álter ego de Mario Moreno emocionó al reparto e hizo llorar a un extra, ya veterano, que por un momento revivió su juventud, cuando trabajó con el célebre actor mexicano.
Aquel instante fue para el equipo la constatación de que Óscar Jaenada, español nacido en Barcelona, había sido la elección correcta para el papel, a pesar de la controversia pública que generó su designación en México donde muchos no se hacían a la idea de que un gachupín, como se describió Jaenada, fuera a resucitar a «Cantinflas».
Los responsables del filme no tenían dudas al respecto, pero ver al catalán cantinfleando ayudó a tranquilizar al más incrédulo.
Jaenada, que había sido premiado con un Goya por interpretar al legendario cantante flamenco «Camarón«, fue el primero en tener claro que podía echarse a la espalda el legado de Mario Moreno y persiguió el proyecto, incluso antes de que cayera en manos de Kenio Films hace tres años, después de que descarrilara una intentona previa que se remontaba al 2008.
El catalán se plantó en Ciudad de México para hacer el «casting» y convenció de forma unánime al director Sebastián del Amo, los productores Adolfo Franco y Vidal Cantú, y los inversores en este filme financiado al cien por ciento con capital de riesgo.
Del Amo admitió sus reticencias iniciales, y que tenía mente para el papel a un actor mexicano poco conocido, pero el español supo ganarse el lugar. Hacerse con el doble personaje de «Cantinflas» y Mario Moreno le tomó después casi medio año.
Jaenada se estableció en el país azteca cuatro meses antes del rodaje y contrató a un foniatra para aprender hablar como un mexicano, a una profesora de danza para dominar el arte de bailar con los pies cruzados y al imitador Celedonio Núñez para aprender los trucos que cuajan un buen «Cantinflas».
«Había que comer como él, respirar como él. Llevaba un tiempo ponerse en sus zapatos«, explicó el actor que se vio cada una de las más de 60 películas de Mario Moreno al menos diez veces, hasta quemar tres reproductores de DVD.
En su residencia mexicana se escuchaba constantemente el runrún de la filmografía de Moreno.
«Me interesaba tener ese acento especial en casa. Rayé un poco el friquismo pero sabía lo que me estaba jugando«, comentó Jaenada que mantuvo una rutina castrense durante esos meses.
Se levantaba a las 7 de la mañana, se acostaba a las 10 de la noche. Los lunes, miércoles y viernes iba a bailar, los martes, jueves y viernes, le tocaba empaparse de la cultura y el contexto de México en los tiempos de Mario Moreno, luego los ejercicios de voz. Las salidas nocturnas no cabían en su agenda.
«Cantinflas fue sistemático, sabes que es una y otra vez. El trabajo es dedicación«, dijo el español que no ocultó que llegó a pensar que se había metido en un buen lío.
Pero «Cantinflas» fue la parte fácil, admitió Jaenada. El personaje estaba perfectamente documentado y era cuestión de tiempo dominarlo. Lo difícil, señaló él, era entender a Mario Moreno, el actor, la persona privada, y eso fue lo que más le atraía del papel.
«De ese hombre no tenía nada. Un par de entrevistas. Me interesaba el artista. Ese trabajo fue duro porque tuve que hacer preguntas incómodas a gente muy cercana, lo duro son los cuatro segundos que dura una pregunta un poco maleducada«, contó el barcelonés a Efe.
Jaenada conversó con el hijo adoptivo de Mario Moreno, Mario Arturo Moreno Ivanova, sobre su padre para conocer de primera mano detalles que le ayudaran a dar forma al personaje, aunque en ese sentido, la película «Cantinflas» se tomó licencias creativas para llenar las lagunas existentes sobre la vida íntima del actor y su esposa, Valentina Ivanova.
«Hay un drama ahí que se ve representado en la película pero que fue un trabajo de imaginación entre el director, Óscar y yo«, declaró Ilse Salas, actriz que encarnó a Ivanova.
El filme pasa de puntillas sobre temas como las infidelidades del actor, aborda la infertilidad de la pareja sin profundizar y, en general, evita abordar polémicas.
«No estábamos para hacer una película de chismes«, apuntó Cantú para quien no se recuerda a Moreno como una persona que dejara «esqueletos en el armario».
«El problema llegó cuando murió, con sus herederos«, añadió el productor en referencia a la disputa sobre las regalías de las producciones de «Cantinflas» que mantuvieron el hijo y el sobrino del actor.
La película, rodada mayoritariamente en español, se estrena en 400 cines de 30 ciudades de EE.UU. el día 29 de agosto.
EFE