En Nueva York se realizó una cámara escondida en la que se utiliza a un bebé-robot para promocionar la cinta de terror «Devil’s Due» («El Heredero del Diablo«) de Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett.
La broma comienza con un coche abandonado en medio de la acera mientras se escucha el llanto de un bebé que se cree abandonado.
El «Bebé diabólico» operado por control remoto deambula en un cochecito que se mueve solo por las calles. Pero, cuando las personas se acercan al coche, el bebé-robot levanta su cabeza, mueve sus manos, ojos y labios, laza por la boca un líquido blanco parecido a la leche y emite un grito que aterroriza.
Actualmente, las calles se han convertido en el proyector preferido de los productores de películas de terror, tal es el caso de los creadores de «Chucky» y «Carrie» que también usaron el marketing viral para promocionar las películas.
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