La esperada película sobre la vida de Steve Jobs, «Jobs«, debuta hoy en EE.UU. sin convencer a los críticos y a la espera de recaudar millones gracias al magnetismo del cofundador de Apple, un relato sobre un legado deslumbrante que pone en evidencia el rumbo actual de su empresa.
Como obra artística, «Jobs» pasará a la historia sin dejar huella, más allá de la anécdota de ser el primer filme en asomarse por las salas de cine tras el fallecimiento de Steve Jobs para contar cómo fraguó su éxito el controvertido padre del iPhone.
Como producto, recordará a los consumidores el talento que llevó a Apple a convertirse en el referente vanguardista del sector tecnológico y la compañía más valiosa del mundo en bolsa, calificativos que dos años después de la desaparición de Jobs ya no son aplicables a la firma de la manzana mordida.
La cinta, de hecho, ha llegado a ser descrita por los expertos en Hollywood como una especie de publirreportaje de dos horas sobre Apple que concluye con el inicio de los años gloriosos del universo «i», cuando el gurú de Silicon Valley sorprendió con el iPod y el iPhone.
La batalla de Steve Jobs contra el cáncer y su desaparición en octubre de 2011 se quedaron fuera del argumento que el director Joshua Michael Stern y el guionista novato Matt Whiteley ya tenían entre manos antes de su muerte.
El repentino adiós del líder de Apple aceleró la urgencia de sacar adelante este proyecto para aprovechar el tirón comercial que rodeó a la figura de Jobs, quien de la noche a la mañana pasó a ser comparado con Albert Einstein, Leonardo da Vinci y Benjamin Franklin.
El proceso de pasar el guión del papel a la gran pantalla fue complejo, dada la condición independiente de la producción que sufrió retrasos, a la que estuvo vinculado el compositor español Lucas Vidal, y que finalmente encontró su camino con el aval de Ashton Kutcher, quien trató de replicar a Jobs para la posteridad.
Kutcher estudió a la persona, sus movimientos, poses, tono de voz e incluso siguió su dieta de frutas hasta que su cuerpo dijo basta y tuvo que ser hospitalizado.
La crítica reconoció el voluntarioso esfuerzo de Kutcher, cuyo trabajo, no obstante, no terminó de cuajar, tal y como apunta la revista Variety, especialmente a la hora de transmitir sentimientos, como recogió el medio tecnológico The Verge, que consideró la falta de credibilidad emocional uno de los principales problemas del filme.
El otro cofundador de Apple, Steve Wozniak, puso sus peros a la verosimilitud de la película, en concreto a cómo empezó todo. Según dijo a Gizmodo, cuando conoció a Jobs, éste no era tan iluminado como se le presenta, tenía una mente más comercial y buscaba ganar dinero rápido.
Un producto edulcorado cuyos responsables se preocuparon demasiado de encumbrar al genio, se apuntó en Cnet, y que llega en un momento en el que parece que a Apple se le acabaron las ideas brillantes.
Tras su muerte, los analistas vaticinaron que Steve Jobs había dejado encaminada la compañía con diseños y proyectos para los tres años siguientes, y a día de hoy, con el plazo casi cumplido, Apple se encuentra en un momento determinante.
Samsung le ha comido el terreno en el campo de la telefonía de alta gama y le disputa el saturado negocio de las tabletas, mientras que los reproductores iPod están en declive y los ordenadores Mac logran apenas mantener el tipo en el decadente entorno del PC.
En los últimos 11 meses, las acciones de Apple perdieron un 30 por ciento de su valor, en parte debido a que en 2013 la empresa aún no ha lanzado ninguno de sus dispositivos móviles estrella, que son los que principalmente llenan sus arcas.
La falta de propuestas novedosas en un mercado ya maduro siembra dudas sobre el futuro de Apple, que se espera que en la recta final del año rompa su silencio con siguientes generaciones de iPhone y iPad, si bien la empresa necesitará salirse de lo previsto para no decepcionar, algo que Jobs hacía bien, tal y como plasma la película.
EFE