La calidad como actriz de Juliette Binoche está fuera de toda duda y su versatilidad le permite realizar cualquier papel con la misma credibilidad. Su secreto, dar la misma felicidad que recibe y poner en todo una pasión que para ella es «reconocer qué es importante de uno mismo».
«No es que la pasión sea importante para mí. Es que me invade. Nací así. Cuando tenía 14 años vi un espectáculo y decidí que quería dar la misma felicidad que había recibido«, explica la actriz a Efe en una entrevista con motivo de su papel protagonista en «A Thousand Times Goodnight«, una película dirigida por el noruego Erik Poppe.
En el filme, Binoche interpreta un personaje lleno de pasión, por su trabajo -es fotógrafa de guerra- y por su familia -su marido está interpretado por el televisivo Nikolaj Coster-Waldau- y que se ve forzada a elegir entre sus dos mundos.
Algo que para la actriz es «imposible». «No me imaginaría en la vida sin mis hijos pero tampoco sin la pasión de mí misma hacia el mundo exterior», afirma convencida la protagonista de películas como «Trois couleurs: Bleu» («Three Colours: Blue») o «Caché».
No hay contradicción en querer mantener esas dos facetas y es eso lo que se plantea la película y lo que atrajo a la actriz hacia el proyecto.
Así como el hecho de que en esta historia es la mujer la protagonista, la que tiene los hijos, el trabajo y el sentimiento de culpabilidad.
Una película que plantea muchas cuestiones sobre la dicotomía y el dolor, una historia «apasionante» sobre una profesión en la que hay cada vez más mujeres, especialmente en países árabes, donde pueden llegar a lugares a los que no se permite entrar a los hombres, explica la actriz.
Binoche es en la película Rebecca, una fotógrafa francesa especializada en zonas de guerra y que realiza un reportaje sobre mujeres terroristas suicidas en Afganistán cuando la explosión de una bomba la hiere y la obliga a regresar a su casa a Irlanda.
Un papel en el que, como es habitual en ella, la actriz se mete a fondo y en el que es capaz de pasar de la ternura a la dureza en apenas una fracción de segundo.
«Es un tema muy moderno y complejo», señaló la actriz francesa, que considera que la película explora también algo más cotidiano, el hecho de que «todos debemos encontrar nuestro camino«.
Muchos asuntos en una sola historia que atrajeron inmediatamente Binoche, que siempre busca «asuntos interesantes, actuales y contemporáneos», aunque obviamente también tiene en cuenta el director y los compañeros.
«No es una única cosa. Es un conjunto de cosas y una de las más importantes es poder reconocerme en el papel», resaltó la actriz, a la que tampoco gusta repetir personajes o historias que ya haya rodado.
Pero no busca nada en concreto ni aspira a que le den algún tipo de historia o de personaje especial. «Yo no pienso así. No pienso en términos de qué me falta por hacer. A menudo soy yo la que se aproxima al director«, resalta la ganadora de un Oscar como secundaria por «El paciente inglés».
Un papel que realizó en inglés, un idioma que alterna con el francés de forma natural y que no le supone un obstáculo a la hora de aceptar un proyecto.
«Puede que con el inglés me libere un poco más, pero al mismo tiempo es más difícil improvisar«, reflexiona Binoche, que considera que el trabajar en un idioma que no es el suyo le da más libertad porque tiene «menos raíces de la infancia».
Y en cuanto a la distancia entre ella y sus personajes, le resulta más fácil cuanto más se parezcan a su realidad, como en «Clouds of Sils Maria», una película que presentó este año en el Festival de Cannes y en la que interpreta a una actriz de éxito, llena de manías y un tanto amenazada por una compañera más joven.
Pero, insiste, todo depende de lo que viva en el momento, porque en su carrera y en su vida, se mueve por el impulso del presente.
EFE