Con «Búsqueda Implacable» (2008) Liam Neeson descubrió un filón de héroe de acción tardío aunque asegura que siempre ha sido «un actor muy físico«. Y a sus 62 años sigue explotándolo en filmes como «Run All Night«(Una noche para sobrevivir), que presentó hoy en Madrid y en la que repite, por tercera vez, con el director catalán Jaume Collet Serra.
Quienes aún lo tengan en la retina como el líder revolucionario irlandés Michael Collins o el Oskar Schindler de la película de Spielberg puede costarles asimilar esta transformación, pero Neeson asegura, en una entrevista con Efe, que la pasión por la acción física le viene de lejos.
«Siendo un chaval me dediqué al boxeo -actividad que le dejó una nariz rota para el recuerdo- y siempre he sido un actor muy físico«, afirma. «La acción es muy divertida, me lo paso bien y me da la oportunidad de trabajar con mi especialista, Marc Vanselow, hemos hecho ya 17 películas juntos».
«Y también con Jaume, llevamos tres ya. Me gusta repetir con la misma gente, construyes relaciones de verdadera confianza«, subraya.
Collet-Serra lo dirigió por primera vez en «Desconocido» (2011) y repitió el año pasado con «Sin escalas«, ambas cintas de acción, la primera con más dosis de misterio -Neeson interpreta a un hombre que despierta de un coma y no recuerda quién es-, y la segunda más trepidante, con una bomba a punto de estallar en un avión.
«Liam Neeson es mi especialidad«, bromea el director, de 41 años, que debutó en Hollywood en 2005 con la cinta de terror «La casa de cera» -con Paris Hilton en el reparto- y poco a poco se ha hecho su hueco en la industria estadounidense.
«Me he especializado en películas de acción con base dramática, no muy caras y que funcionen en taquilla«, dice ya más en serio. «Es un tipo de proyecto que los estudios hacen cada vez menos y que se levantan más con coproducciones internacionales, pero me siento muy cómodo en ellos», precisa.
En «Una noche para sobrevivir», recién estrenada en Estados Unidos y que llegará a Latinoamérica en abril, Neeson interpreta a Jimmy Conlon, un veterano asesino a sueldo que ha trabajado toda su vida para un mafioso local (Ed Harris), con quien mantiene una relación de lealtad absoluta.
Las cosas se tuercen cuando su hijo Mike (Joel Kinnaman) se ve implicado en el asesinato del hijo del mafioso y Jimmy, que desde hace años se mantenía alejado de él, dispone sólo de una noche para salvarlo de la muerte segura.
«Mi personaje abandona a su hijo para no influir en él, no quiere contagiarlo moralmente por su profesión, que básicamente consiste en matar gente por encargo«, explica Neeson.
«Pero a lo largo del filme se da cuenta de lo que se ha perdido y busca un tipo de redención«, añade el actor, que define esta película como una especie de western urbano.
Bruce Willis, Sylvester Stallone y hasta Harrison Ford son actores que en los últimos años se han sumado a la moda de los veteranos en acción, que recientemente Sean Penn calificaba despectivamente como «geri-action», pese a que él mismo ha hecho sus pinitos con «The Gunman«.
Pero Neeson, pionero, le da un plus de carisma y gravedad, con su mirada potente, su voz cavernosa y su altura, ya sea haciendo de Papa Noel borracho, como en una de las primeras secuencias del filme, o sentado frente a frente con Ed Harris jugándose su última carta.
«Neeson es un actor maravilloso«, dice Collet-Serra, «le gusta mucho trabajar la acción y obviamente clava cualquier tipo de escena dramática», escenas que en esta película tienen más peso que en las precedentes.
Con Neeson y Harris, prosigue el director, muchas veces el trabajo se resolvía en la primera toma. «Mis indicaciones eran muy simples y directas, de ritmo de la escena más que nada. El trabajo es previo de guión y cuando me siento a dirigir, muchas veces me limito a apuntar la cámara y que esté el foco«.
EFE