Los nueve largometrajes de los hermanos Dardenne se han desarrollado en su ciudad natal en Bélgica, a la que han vuelto una y otra vez para retratar las dificultades de los pobres y la clase trabajadora en la gran pantalla.
Generalmente crean su elenco con una mezcla de actores locales profesionales y no profesionales, la Seraing de Jean-Pierre y Luc Dardenne no tiene paralelo. No es una ciudad única, sino globalmente típica que alguna vez tuvo mejores tiempos y ahora vive una depresión postindustrial. Un lugar sin igual para contar las dificultades de la gente común: Un adolescente que vive en una casa remolque, una mujer embarazada que recibe apoyo del gobierno, un niño abandonado.
«Es como si tuvieras una amigo al que solías ver en el mejor momento de su vida resplandeciente y rico y luego lo ves 15 años después y parece completamente desencajado», dijo Luc Dardennes sobre Seraing en una entrevista con su hermano a través de un traductor. «Te dices: Quiero contar la historia de lo que pasó».
En su más reciente película «Two Days, One Night» («Deux jours, une nuit») , Marion Cotillard interpreta a Sandra, una mujer que ha sido despedida de su empleo en una pequeña fábrica de paneles solares. Sus colegas a quienes les dan la opción de recibir un bono de 1,000 dólares o permitirle mantener su empleo eligen el bono. Pero un amigo de Sandra convence al jefe de realizar una segunda votación para darle a la mujer un fin de semana para visitar a sus 16 colegas en sus casas.
Al conducir su auto con su esposo de una casa a otra, el viaje de Sandra se convierte en una poderosa odisea entre la amistad y egoísmo, así como de su heroica manera de armarse de valor.
«Este es un reconocimiento a la fragilidad, a la mujer frágil», dijo Luc. «Es una mujer que necesita la ayuda de otras personas para poder avanzar».
«Two Days, One Night», que se estrenó en el Festival de Cine de Cannes Film Festival, es la primera película de los Dardenne con una estrella de talla internacional. Conocieron a Cotillard cuando eran coproductores de la película de 2012 «Rust and Bone» (»De rouille et d’os») y Luc recordó su primer encuentro en un elevador fue como «el amor cinematográfico a primera vista». Cotillard lo ve de manera similar.
«Sentí que podía darles todo, todo», dijo. «Inmediatamente hubo un tipo de ósmosis que es difícil de explicar. Es como cuando te enamoras inmediatamente de alguien y no puedes explicar por qué».
Como admiradora devota de las películas de los Dardenne, entre ellas «Rosetta», «The Son», «The Kid With a Bike», Cotillard terminó por experimentar el gran trabajo que implica crear su realismo labrado duramente. Hubo un mes de ensayos y decenas de tomas durante la producción. Pero sonríe al decir que la filmación fue la mejor experiencia que ha tenido al hacer una película.
«Muchos directores no hablan sobre el público. Es casi una grosería en el plató. (Ellos) hablan sobre la audiencia todo el tiempo, y realmente quieren llevar al público en un viaje», dijo Marion Cotillard. «Es como cuando un chef cocina, quiere que adores su cocina y quiere hacerte feliz».
Esta es una forma de trabajar que ha hecho que los Dardenne _ Luc de 60 y Jean-Pierre de 63 _ estén entre los cineastas más reconocidos en el mundo. Han ganado en dos ocasiones la Palma de Oro en Cannes, aunque en los Oscar no han tenido tan buen resultado. «Two Days, One Night» era la apuesta de Bélgica para los premios de la Academia este año, pero sorprendentemente quedó fuera de la lista de posibles candidatos a la categoría de mejor película en lengua extranjera.
Sin embargo la cina, a pesar de ser concebida de una manera más conceptual que la mayoría de sus películas, confirma que los Dardenne son unos cronistas prominentes de nuestra época que retratan de cerca la vida de la clase trabajadora, generalmente con cámara en mano. En un tiempo marcado por el aumento de la inequidad no hay cineastas más vigentes que este par de hermanos canosos de Bélgica.
«Sentimos que hacemos películas, quizá pensamos demasiado bien sobre nosotros, en las que vemos al mundo de frente, vemos al mundo a los ojos», dijo Luc. «Tratamos de hacer que la gente ven en pantalla no sólo sea el producto de nuestras manipulaciones. Queremos que la película respire y que el aire circule».
Quizá podrían haber encontrado estas películas en cualquier parte, pero los Dardenne las descubrieron en su propio patio trasero.
«Ver a esa gente solitaria en las calles en las que crecimos nos hizo querer contar sus historias», dijo Jean-Pierre. «Lo que une a todas esas películas es que hablan sobre estar o no estar en solidaridad. En un sentido así es, estamos contando la misma historia».
AP