En el Set

Películas que sobrevivieron a rodajes complicados


«Si hubiera sabido cómo iba a ser, no creo que nadie lo hubiera hecho», dijo la actriz Dakota Johnson a «Vanity Fair» a finales de junio sobre el rodaje de la película que le dio la fama, «Fifty Shades of Grey». «Habría sido como: ‘Oh, esto es psicótico’. Pero no, no me arrepiento», aseguró. Este rodaje se une a la lista de otras películas cuyo proceso de producción, por una u otra razón, puede ser calificado de, al menos, difícil.
«Un infierno viviente», así definió un miembro del equipo el rodaje de «The Revenant», de Alejandro González Iñárritu, según publicó «The Hollywood Reporter» en 2015. La cinta cuenta las penurias del explorador Hugh Glass, interpretado por Leonardo DiCaprio, a principios del siglo XIX, durante una expedición al oeste estadounidense.
El director quiso grabar únicamente con luz natural y estaba planeado que el rodaje transcurriese completamente en Canadá, pero la meteorología les obligó a trasladar parte de la producción a Argentina en busca de nieve. De acuerdo con el medio, la filmación comenzó en septiembre y debía acabar en marzo, pero en julio, cuando se publicó la pieza, aún seguían rodando. No solo superó el tiempo estipulado para el rodaje, sino también el presupuesto con el que contaban. Además, el equipo trabajó en condiciones extremas.
«No tengo nada que esconder», comentó el mexicano. «Hubo problemas, pero ninguno de ellos hizo que me avergonzase». Sobre el hecho de que algunos miembros del equipo acabasen fuera de él, dijo que, como director, si identifica un «violín desafinado», ha de sacarlo de la orquesta.
«Waterworld» es, aún hoy, recordada como uno de los grandes fiascos de Hollywood, por lo que algunos de los que trabajaron en ella puede que se pregunten si merecieron la pena las dificultades por las que pasaron para filmarla. El presupuesto inicial estimado, según publicó «People» en 1995, era de 65 millones de dólares y la duración de rodaje, cuatro meses. Estas cifras ascendieron a 175 millones y el doble de tiempo.
Desde un punto de vista logístico, rodar la cinta en mar abierto fue un gran desafío. «Hablé con Spielberg sobre ello porque él había hecho ‘Jaws’ y recuerdo que me dijo: Oh, nunca haría otra película en el agua», dijo el director Kevin Reynolds, que abandonó el proyecto antes de finalizarlo, a «Den of Geek» en 2008.
Pasó prácticamente de todo: desde mareos mientras se rodaba en barcos y estructuras sobre el agua, al síndrome de descompresión que sufrió el doble de uno de los protagonistas, pasando por picaduras de medusas y el hundimiento y rescate de una parte del set, entre otros altercados. El guionista Joss Wheedon aludió al tiempo en el que trabajó en el proyecto retocando el guión como «siete semanas de infierno» en una entrevista en AV Club en 2001, según recogió «Newsweek».
«World War Z» también tuvo un rodaje con algunos baches, aunque en este caso el resultado fue un éxito de taquilla. «Una pesadilla de arriba abajo» dijo sobre la producción a «The Hollywood Reporter» una fuente relacionada con ella, cuya identidad el medio no revela. La cinta, producida y protagonizada por Brad Pitt, acabó necesitando unos 200 millones de dólares para llegar a los cines, según publicó «The Wrap».
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Hubo, según publicó «The Hollywood Reporter», problemas en lo que a dirección creativa se refiere y se requirieron reescrituras de guión y regrabaciones. Además, las autoridades húngaras confiscaron 85 armas que iban a ser usadas en la filmación, ya que estaban operativas y es ilegal introducirlas al país. En 2013, en «Vanity Fair», el director Mark Foster, el guionista Damon Lindelof y ejecutivos de la Paramount hablaron de excesos presupuestarios, finales inacabados y múltiples repeticiones de tomas.
El rodaje de «Apocalypse now» se acercó bastante a su título. Su director, Francis Ford Coppola, dijo a Variety en febrero de 1976 que el rodaje empezaría en marzo y contaría con una partida de 12 millones de dólares. Finalmente, la película no llegó a los cines hasta agosto de 1979 y el gasto superó los 30 millones de dólares, según publicó el propio medio en 2019.
El rodaje en Filipinas fue largo, tedioso y nada fácil: dos meses después de que comenzase, un tifón obligó a paralizar la producción durante tres meses; Marlon Brando hizo gala de la fama de ser un actor con el que no era fácil trabajar y, ya en 1977, Martin Sheen tuvo un infarto.

 
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