El cineasta franco-mauritano Abderrahmane Sissako arrasó esta noche en la 40ª ceremonia de los premios César del cine francés con «Timbuktu«, que se alzó con siete estatuillas y desbancó a dos biopics sobre el modisto Yves Saint Laurent, que solo sumaron dos galardones de los diecisiete a los que aspiraban.
Sissako, primer africano en lograr el César al mejor director, agradeció su éxito a «esa Francia extraordinaria que ha probado una vez más que es una país abierto a los otros«.
«Más allá de Mauritania (donde se rodó parte de la película), también nos está mirando frica, un continente extraordinario de cuya belleza y fuerza se habla escasamente«, agregó el cineasta, de 53 años.
Su largometraje se inspira en la historia real de una pareja que fue brutalmente lapidada por islamistas en la ciudad maliense de Aguelhok para narrar la toma de la ciudad maliense de Tumbuctú por parte de los yihadistas en 2012.
La cinta, producción franco-mauritana que aspiraba a ocho galardones, solo dejó escapar el premio al mejor decorado y recogió los de mejor película, director, guión original, fotografía, montaje, banda sonora y sonido.
Un éxito en casa que impulsará sus expectativas el próximo domingo en la gala de los Oscar de Hollywood, donde está nominada como mejor película de habla no inglesa.
En una ceremonia sobria de más de tres horas, la gran triunfadora de la noche destrozó el duelo de biografías que estaban llamadas a librar «Saint Laurent«, dirigido por Bertrand Bonello, y el largometraje «Yves Saint Laurent«, firmado por Jalil Lespert.
Las dos cintas tuvieron que conformarse con el premio al mejor actor, que fue para Pierre Niney por su interpretación del diseñador en «Yves Saint Laurent», y con el de mejor vestuario, que recayó en «Saint Laurent», filme que no contó con el apoyo de Pierre Bergé, compañero sentimental del creador y mente empresarial de su emporio de moda.
Otras de las vencedoras de la noche fue «Les Cobattants«, de Thomas Cailley, que ya despuntó en La Quincena de los Realizadores del último Festival de Cannes y que clausuró la fiesta del celuloide galo con los César a la mejor ópera prima, a la mejor actriz (Adle Haenel) y mejor actor revelación (Kévin Azas).
En una votación en la que participan unos 4,225 profesionales del cine francés, la película del alemán Win Wenders y Juliano Ribeiro Salgado «La sal de la Tierra» (The Salt of The Earth) sobre el fotógrafo brasileño Senbastiao Salgado recibió el galardón al mejor documental.
La cinta, ganadora del premio especial del jurado de la sección «Una cierta mirada» de la pasada edición de Cannes, está también nominada al mejor documental en la 87ª edición de los Oscar de Hollywood.
El premio francés a la mejor película extranjera recayó sobre «Mommy«, donde el canadiense Xavier Dolan -que con 25 años ha dirigido cinco largometrajes y prepara el sexto- narra con su sello de modernidad, intensidad y frescura la relación de una madre y su problemático hijo adolescente.
El César de honor fue para el actor, director y productor estadounidense Sean Penn, que recogió el galardón de manos de Marion Cotillard y aseguró que para él «el cine francés siempre ha sido un refugio«.
Sean Penn, dos veces galardonado con el Oscar al mejor actor por «Río místico» y «Yo soy Harvey Milk» y con el premio a la mejor interpretación masculina del Festival de Cannes por «Atrapada entre dos hombres«, ha dirigido cuatro largometrajes, producido cinco y participado en el reparto de más de 50 películas.
Entre los escasos momentos que aligeraron la gala, con un tono más bien plomizo, destacó el chascarrillo que el actor Édouard Baer, maestro de ceremonias, le lanzó a la actriz Julie Gayet, encargada de entregar uno de los premios.
Baer bromeó sobre la vida en pareja de la actriz, a quien se le atribuye un romance con el presidente de Francia, Franois Hollande, que se limitó a sobrellevar la mofa con una educada sonrisa.
EFE