Después de más de 30 años, uno de los filmes emblemáticos de acción y aventuras de los 80 como fue “Top Gun” regresa a la gran pantalla.
Mucho ha pasado en estos años, no por nada el filme está dedicado a la memoria de Tony Scott, el director de aquel filme de 1986 y de tantos otros como “El Ansia”, “Hombre en Llamas” y “Días de Trueno”, que se quitó la vida en 2012, al parecer por padecer un cancer terminal.
Tony, al igual que su hermano Rydley que sigue bien activo, sabía hacer cine comercial y entretenido sin dejar de lado la calidad. Y esto se percibe en la nueva “Top Gun”, un filme postergado por la pandemia que Cruise como productor se negó a que tuviera un destino de plataforma.
La mano de Cruise y la del guionista y director de las últimas “Mision Imposible”, Christopher McQuarrie se nota mucho y para bien (la dirección quedó a cargo de Joseph Kosinski que ya lo había dirigido en “Oblivion”), conforma a todos: a los fanáticos acerrimos de esta historia que mezcla las hazañas de un grupo de élite de la fuerza área norteamericana, junto a sus historias de amor y desventuras emocionales. Y también a los que no se habían acercado tanto a este cine, ya que el filme cuenta una historia de redención y búsqueda de la superación, una lucha contra el comando y las normas de un autentico inconformista como es Pete Mitchell (Cruise) y el equipo que debe liderar.
El, que nunca había lidiado con ser instructor, es destinado nuevamente a Top Gun, para ser salvado de un destino en que hubiese sido degradado. Allí aparece la mano de su otrora adversario IceMan, en la piel de un conmovedor Val Kilmer adaptado su personaje a su situación física actual (todos los que han visto su duro filme autobiográfico “Val” bien lo sabrán).
En esta oportunidad, el lado riguroso de la historia lo tienen Ed Harris como Chéster Hammer, el duro general que expulsa a Pete por otra vez no cumplir las ordenes, y Jon Hamm (Don Draper de “Mad Men”) como Beau Cyclone al que no le queda otra opción que recibirlo por cuestiones de política interna y debe lidiar con sus radicales métodos.
Es interesante que Jon Hamm siga en una carrera cinematográfica ascendente pero no pueda aún salir de los papeles duros: de militar, policia o agente de la CIA, digamos que tiene mucho más para dar, ojalá encuentre los roles acordes en Hollywood.
Miles Teller -el joven protagonista de “Whiplash”- es aquí el hijo de Goose, el amigo y compañero muerto en combate, que Pete no pudo salvar. Viejas heridas aflorarán en esa relación de amor-odio, que será el motor de la historia y movilizará toda la aventura de los protagonistas. Jennifer Conelly, como Penny también aporta su carisma y grado de amor a la trama.
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Para los amantes de la adrenalina, las escenas de acción no defraudan y tienen una parte central en la trama. Es especial destacar que Tom Cruise, a pocos meses de cumplir nada menos que 60 años está intacto y se lo ve cada vez mejor.
Su grado de obsesión por el trabajo y el cine como súper estrella global como bien se vió en la alfombra roja de Cannes, donde fue saludado por aviones caza de la armada francesa en un espectáculo único, así lo demuestran. !Enhorabuena!
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